Martirologio romano
En Monte Casino, el tránsito de san Benito, abad, el cual restableció la disciplina monástica, muy decaída en Occidente, y la propagó de un modo extraordinario; cuya vida, gloriosa en virtudes y milagros, escribió san Gregorio Papa.
En Catania de Sicilia, san Birilo, el cual, ordenado obispo por san Pedro, habiendo convertido a la fe muchos gentiles, allí mismo, en muy avanzada ancianidad, descansó en paz.
En Alejandría, la conmemoración de los santos mártires, que en tiempo del emperador Constancio y del prefecto Filagrio, invadiendo los templos los arrianos y gentiles un día de Viernes Santo fueron asesinados.
En el mismo día, los santos mártires Filemón y Domnino.
En Alejandría, san Serapión, anacoreta y obispo de Thmuis, varón de grandes virtudes, que, desterrado por el furor de los arrianos, confesor, pasó al Señor.
En territorio de Lyon, san Lupicino, abad, cuya vida fue ilustre por la santidad y por la gloria de los milagros.
En el lugar de Ranft, cerca de Sachseln, en Suiza, san Nicolás de Flüe, padre de familia, después anacoreta, insigne por su asperísima penitencia, apellidado por los suizos padre de la patria, al cual el papa Pío XII inscribió en el catálogo de los santos.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.