Martirologio romano
San Camilo de Lelis, presbítero y confesor, fundador de los Clérigos Regulares ministros de los enfermos, y celestial patrono de los hospitales y enfermos; cuyo tránsito se celebra el día 14 de este mes.
En Tívoli, santa Sinforosa, mujer de san Getulio mártir, con sus siete hijos: Crescente, Juliano, Nemesio, Primitivo, Justino, Estácteo y Eugenio; a la madre, imperando Adriano, por su inquebrantable constancia, primero abofetearon mucho tiempo, después la colgaron de los cabellos, y últimamente, atándole una piedra al cuello, la precipitaron en el río; los hijos, descoyuntados con garruchas en sendos palos, consumaron el martirio con diversos géneros de muerte. Sus cuerpos, trasladarlos después a Roma, fueron hallados, en tiempo del Papa Pío IV, en la diaconía de san Ángel de la Pesquería.
En Utrecht, san Federico, obispo y mártir.
En Doróstoro de la Misia inferior, san Emiliano, mártir, que en tiempo de Juliano Apóstata y del presidente Capitalino, arrojado en un horno, recibió la palma del martirio.
En Cartago, santa Gundena, virgen, la cual, de orden del procónsul Rufino, cuatro veces en distintos tiempos, por confesar a Cristo, fue estirada en el potro y horriblemente despedazada con uñas aceradas, padeció largo tiempo la hediondez de un calabozo, y al cabo fue muerta al filo de la espada.
En Galicia de España, santa Marina, virgen y mártir.
En Milán, san Materno, obispo, el cual, en el imperio de Maximiano, encarcelado por la fe de Cristo y por la Iglesia a él encomendada, y muchas veces azotado, al cabo, ilustre por tan repetidas confesiones, descansó en el Señor.
En Brescia, el triunfo de san Filastrio, obispo de dicha ciudad; que, con su predicación y escritos, combatió valerosamente contra los herejes, principalmente arrianos, de quienes sufrió muchas persecuciones, y al fin, esclarecido en milagros, confesor descansó en paz.
En Metz de Francia, san Arnulfo, obispo, que, ilustre por su santidad y milagros, escogió la vida eremítica y descansó con dichoso fin.
En Segni, san Bruno, obispo y confesor.
En Forlimpópoli de Emilia, san Rufino, obispo de la misma ciudad.
En el país de Ivelina, entre París y Chartres, san Arnul, predicador evangélico, despedazado por los malos en una selva de aquel término y enterrado en el mismo lugar por su mujer Escariberga.
En el monte de Nitria en Egipto, san Pambon, célebre solitario.
En este mismo día, el fallecimiento de san Flaviano, segundo de este nombre, obispo de Antioquía.
En el mismo lugar, el tránsito de san Elías, obispo de Jerusalén.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.