Martirologio romano
En el Monte Senario, en Etruria, el nacimiento de san Amideo, confesor, y siete fundadores de la Orden de los Siervos de la Virgen María, ardiente en su Amor a Dios, su fiesta y la de sus compañeros, se celebra en el mes de febrero.
En Roma, san Apolonio, senador y mártir el cual, en tiempo del emperador Cómodo y del prefecto Perenio, fue delatado como cristiano por uno de sus esclavos; y obligado a dar cuenta de su fe, compuso un excelente libro que leyó en pleno senado, lo que no fue bastante para que esta asamblea dejase de condenarle a perder la cabeza.
En Mesina, el tránsito de los santos mártires Eleuterio, obispo en Iliria, y Antia su madre. Este prelado, que se había hecho célebre por la santidad de vida y milagros, fue en tiempo del emperador Adriano acostado en una cama de hierro ardiendo; luego puesto al fuego en unas parrillas; de ahí arrojado en una caldera llena de aceite, de pez y de resina hirviendo, y en seguida expuesto a los leones; pero como de todo esto saliese sin lesión alguna, fue degollado con su madre.
En Mesina de Sicilia san Corebo, prefecto, que habiendo sido convertido por san Eleuterio, pereció por la espada.
En Brescia Italia san Calocero, mártir el cual atraído al conocimiento de Jesucristo por los santos Faustino y Jovita, perseveró animosamente en confesar su nombre hasta la muerte que sufrió en tiempo del mismo emperador Adriano.
En Melitene en la antigua Armenia, santos Hermógenes y Elpidio, mártires, junto con Cayo, Aristónico, Rufo y Gálatas.
En Persia, san Pusicio, mártir, prefecto de los artesanos del rey Sapor II, que por haber confortado al vacilante presbítero Ananías fue herido en el cuello y murió el Sábado Santo, ocupando así un lugar insigne en el grupo de mártires sacrificados después de san Simeón.
En Fano, del Piceno, en Italia, san Eusebio, obispo, que acompañó al papa san Juan I en el viaje a Constantinopla impuesto por el rey Teodorico, y al regreso le siguió también en la prisión.
En Leighlin, en Irlanda, san Molasio o Laisren, abad, que extendió pacíficamente en la isla la celebración de la Pascua, según la costumbre romana.
En el cenobio de Lobbes, en Hainaut, san Ursmaro, obispo y abad, que propagó la regla de san Benito y atrajo al pueblo a la fe cristiana.
En Constantinopla, santa Antusa, virgen, que, siendo hija del emperador Constantino Coprónimo, se dedicó a ayudar a los pobres, a redimir a siervos, a reparar iglesias y a edificar monasterios, recibiendo el hábito monástico de manos del obispo san Tarasio.
En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, san Perfecto, presbítero y mártir, que fue encarcelado y después degollado por los sarracenos, por haber combatido la doctrina de Mahoma y confesado con firmeza su fe en Cristo.
En la isla Egina, santa Atanasia, viuda, que vivió como solitaria y fue también hegúmena, ilustre por sus virtudes y observancia monástica.
En Milán, de Lombardía, san Galdino, obispo, que trabajó en la restauración de la ciudad destruida por la guerra y entregó a Dios su alma después de un sermón contra los herejes.
En Montereale, en el Abruzo, beato Andrés, presbítero de la Orden de los Ermitaños de San Agustín, que se dedicó a predicar por Italia y Francia.
En Anjou, en Francia, beato José Moreau, presbítero y mártir, que durante la Revolución francesa fue degollado un Viernes Santo en odio a la fe cristiana.
En Ponotise, en Francia, el tránsito de la bienaventurada María de la Encarnación, carmelita descalza y fundadora de esta orden en el reino, mujer de una paciencia invencible en tiempos muy difíciles, y fiel imitadora de Jesucristo y sus discípulos. Después de haber vivido muy santamente en el siglo, se retiró a un monasterio, en donde por humildad hizo profesión de hermana lega; y habiendo pasado cuatro años en la práctica de la más alta perfección, rica en méritos y esclarecida en milagros, durmió el sueño del Señor.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.