Martirologio romano
En Hibernia, el tránsito de san Patricio, obispo y confesor, el primero que predicó a Cristo en aquel país, donde resplandeció en grandes milagros y virtudes.
En Jerusalén, san José de Arimatea, noble decurión, que fue discípulo del Señor, y, bajando de la cruz el cuerpo del mismo Señor, lo enterró en el sepulcro nuevo que para sí reservaba.
En Roma, los santos Alejandro y Teodoro, mártires.
En Alejandría, la conmemoración de muchísimos santos mártires, los cuales, presos por los adoradores de Serapis, y rehusando constantemente adorar el ídolo, fueron muertos con grandísima crueldad en el imperio de Teodosio, que luego decretó fuese derruido el templo de Serapis.
En Constantinopla, san Pablo, mártir, que, en tiempo de Constantino Coprónimo, por defender el culto de las sagradas imágenes, fue consumido en la hoguera.
En Chalons de Francia, san Agrícola, obispo.
En Nivelles de Brabante, santa Gertrudis, virgen, la cual, siendo de muy esclarecido linaje, despreció el mundo, y pasando el curso entero de su vida en todo género de santas obras, mereció tener por esposo a Cristo en el cielo.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.