Martirologio romano
Junto al río Sílaro en la Lucania, el triunfo de los santos mártires Vito, Modesto y Crescencia, los cuales, en tiempo del emperador Diocleciano, conducidos allá desde Sicilia, después de vencer con la virtud divina las calderas de plomo derretido, las fieras y el ecúleo, acabaron el curso de tan glorioso combate.
En Doróstoro de la Misia inferior, san Esiquio, soldado, el cual preso con san Julio, fue después de él, de orden del presidente Máximo, coronado del martirio.
En Zefirio de Cilicia, san Dulas, mártir, que, en tiempo del mismo presidente Máximo, azotado con varas por el nombre de Cristo, extendido en las parrillas, abrasado con aceite hirviendo y sufridos otros tormentos, recibió vencedor la palma del martirio.
En Córdoba de España, santa Benilde, mártir.
En Sibápolis de Mesopotamia, las santas vírgenes y mártires Livia y Leónida, hermanas, y Entropia, niña de doce años; las cuales, por diversos tormentos, llegaron a la corona del martirio.
En Valenciennes de Francia, el tránsito de san Landelino, abad.
En Schaerbeek, Bélgica, santa Aleydis o Alicia, virgen, que a los siete años ingresó al convento cisterciense Camera Sanctae Mariae, donde permaneció hasta el final de sus días. Su humildad y mansedumbre le permitieron sobrellevar la lepra, enfermedad que, contrajo a edad temprana, y que le causó intensos sufrimientos. Famosa por sus visiones, entregó su alma al Señor un 11 de junio de 1250 en la fiesta en san Bernabé.
En Auvernia de Francia, san Abraham, confesor, ilustre en santidad y milagros.
En Pibrac, del obispado de Tolosa, santa Germana de Cousin, virgen, la cual, pastoreando rebaños, llevó una vida constantemente humilde y pobre, y toleradas pacientísimamente muchas molestias, pasó al Esposo celestial. Después de muerta resplandeció con muchos milagros, y fue puesta por el papa Pío IX en el número de las santas vírgenes.
En el monte Jon de Valais, san Bernardo de Mentón, confesor.
En Espalión orillas del Lot en Rouerga, san Hilariano, asesinado atrozmente por unos impíos.
En Seez, san Loyer, alemán, que de solitario fue hecho obispo de esa ciudad antes de San Godregrando, hermano de santa Oportuna.
En Benevento, san Mercurio, mártir.
En la Abisinia, san Cedreno, confesor.
En Vinchester en Inglaterra, santa Edburga, virgen, hija de Eduardo I.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.