Martirologio romano
En Pérgamo, Asia Menor, santos Carpo, obispo de Tiatira, Pápilo, diácono Agatónica, su hermana, mujer muy virtuosa, Agatodoro, su criado, y otros muchos, los cuales, después de varios tormentos, alcanzaron la corona del martirio por haber confesado valerosamente a Jesucrito durante la persecución de Marco Antonino Vero y Cómodo.
En la misma persecución padeció también en Roma san Justino el Filósofo, varón admirable, el cual, no satisfecho con presentar a los emperadores la segunda Apología que había escrito en favor de la religión cristiana, la defendió con mucha energía en varias conferencias; pero acusado como cristiano por Crescente, filósofo cínico, cuya vida y depravadas costumbres había reprendido, en recompensa de su celo y de su fidelidad recibió el don del martirio.
El mismo día, el martirio de los santos Máximo, Quintiliano y Dadas, durante la persecución de Diocleciano
En Quersoneso, Tracia el tránsito de san Martín I, papa y mártir.
En Sevilla, ciudad de Hispania, hoy España, san Hermenegildo, mártir, que, siendo hijo de Leovigildo, rey arriano de los visigodos, se convirtió a la fe católica por mediación de san Leandro, obispo de Sevilla. Habiendo sido puesto en una cárcel por defender la fe católica, como no quisiese recibir la comunión de mano de un obispo arriano, mandó su padre abrirle la cabeza con un hacha y de este modo en cambio de una corona frágil y perecedera entro rey y mártir en el cielo.
En Ravena, san Urso, obispo y confesor.
En Auvernia Francia, san Marcio o Marte, abad.
En York, Inglaterra los beatos Juan Lockwood y Edmundo Catherick, mártires
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.