Martirologio romano
En Tours de Francia, el tránsito de san Martín, obispo y confesor, cuya vida fue gloriosa en tan grandes milagros, que mereció resucitar tres muertos.
En Cotieo de Frigia, el esclarecido martirio de san Menas, soldado egipcio, el cual, en la persecución de Diocleciano, arrojando la insignia de la milicia terrena, mereció ser soldado del Rey del cielo, entregándose en el yermo a la vida interior; luego, saliendo al público y declarándose abiertamente Cristiano, fue primero probado con terribles suplicios; por último, puesto de rodillas en oración, dando gracias a Jesucristo nuestro Señor, fue degollado y, después de muerto, resplandeció con muchos milagros.
En Ravena, san Valentín, san Feliciano y san Victorino, mártires, que en la persecución de Diocleciano fueron coronados.
En Mesopotamia, san Atenodoro, mártir, que en tiempo del mismo Diocleciano, y presidiendo Eleusio, atormentado con el fuego y otros suplicios, fue al fin condenado a muerte; mas, cayendo desmayado el verdugo y no osando ningún otro herirle con el cuchillo, el Santo, puesto en oración, durmió en el Señor.
En Lyon de Francia, san Verano, obispo, cuya vida fue esclarecida en fe y virtudes.
En Constantinopla, san Teodoro Estudita, abad, el cual, peleando denodadamente por la fe católica, contra los Iconoclastas, se hizo célebre en toda la Iglesia católica.
En el monasterio de Grotaferrata en el territorio de Frascati, san Bartolomé, abad, compañero de san Nilo, cuya vida escribió.
En la provincia de Samnio, san Menas, solitario, de cuyas virtudes y milagros hace mención san Gregorio Papa.
En Arbeingue entre Final y Oneille, el tránsito de san Vraino, obispo de Cavaillón.
En el país de Lieja, san Bertuino, obispo.
Este mismo día, las santas mártires Principia, Domnicela y otras.
En Etiopía, santa Talia, mártir.
En el reino de León en España, santo Toribio, solitario.
En Amatonte en la isla de Chipre, el tránsito de san Juan el Limosnero, patriarca de Alejandría.
En Irlanda, san Cumino, apellidado el Largo, confesor.
En la misma isla en la Conacia, san Duano, presbítero.
En Lubeck, el bienaventurado Brunon, de la orden de Santo Domingo.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S.J.