Martirologio romano
En Salamina de Chipre, el triunfo de san Bernabé, apóstol, natural de Chipre, el cual, elegido con san Pablo por los discípulos Apóstol de los Gentiles, recorrió con él muchas provincias, ejerciendo el cargo recibido de predicar el Evangelio, y vuelto finalmente a Chipre, honró allí su apostolado con glorioso martirio. Su cuerpo fue hallado por revelación del mismo santo en tiempo del emperador Zenón, juntamente con el Evangelio de san Mateo, copiado de su mano.
En Salamanca de España, el tránsito de san Juan de Sahagún, de la orden de Ermitaños de san Agustín, confesor, que fue esclarecido por el celo de la fe, por la santidad de vida y por los milagros. Su fiesta se celebra el día siguiente.
En Aquilea, el martirio de los santos Félix y Fortunato, hermanos los cuales, en la persecución de Diocleciano y Maximiano, fueron suspendidos en el potro y, quemándoles los costados con hachas encendidas, que por virtud divina súbitamente se apagaron, les abrasaron el vientre con aceite hirviendo, y al cabo, perseverando constantes en la confesión de Cristo, acabaron el curso de tan glorioso combate siendo decapitados.
En Bremen, el tránsito de san Remberto, obispo de Hamburgo y Bremen.
En Treviso, san Parisio, natural de Bolonia, confesor y monje de la Orden Camaldulense.
En Roma, la traslación de san Gregorio Nazianceno, obispo, confesor y doctor de la Iglesia, cuyo sagrado cuerpo, llevado antes de Constantinopla a Roma, habiendo estado mucho tiempo en la iglesia de la santa Madre de Dios en el campo Marcio, fue después trasladado por el papa Gregorio XIII con grandísima, solemnidad a una capilla, ricamente adornada por él, en la Basílica de san Pedro, y el día siguiente colocado con debido honor debajo del altar.
En Verdey cerca de Sezana en Brie, san Blier, confesor.
En Tourout en Flandes, el beato niño Acas.
En el hospital cerca de Beaulieu en Quercy, santa Flora.
En africa, san Gallone, mártir.
En dicho, día, san Máximo, obispo de Nápoles, muerto en el mismo lugar adonde había sido desterrado por la facción de los arrianos.
En Egipto, el natalicio de san Palemón, de la orden de san Pacomio.
En el monasterio de tigra de Etiopía, san Gardina, abad, uno de los nueve propagadores de la fe en aquel país.
En dicho país, san Batatzun, abad, de una increíble abstinencia.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Alabado y glorificado sea Dios eternamente.
Tomado de Cristo ¿Vuelve o no Vuelve? (https://vuelvecristo.blogspot.com/) y de Año Cristiano de Juan Croisset, S. J.