2 de mayo: SAN ATANASIO

Meditaciones

SAN ATANASIO

Obispo, confesor y doctor de la Iglesia

Dichosos seréis cuando los hombres por mi causa os maldijeren,
y os persiguieren, y dijeren con mentira toda suerte de mal contra vosotros.
(Mateo 5, 11)

San Atanasio, obispo de Alejandría, por tres veces fue depuesto de su sede episcopal por los arrianos; fue calumniado, desterrado y perseguido por cuatro emperadores. Volvió, no obstante, a Alejandría habiendo triunfado sobre los enemigos de la fe y, algún tiempo después, fuese al cielo a recibir la recompensa de 46 años de persecución sufridas por Jesucristo. Murió en el año 373.

MEDITACIÓN SOBRE LAS PERSECUCIONES

I. Dios permite que sus más fieles servidores sean probados por la persecución, sea para castigarlos por alguna falta leve o para volverlos más vigilantes, sea para acrecentar su corona o impedir que la prosperidad los pierda. En las pruebas, Dios siempre busca su gloria y el bien de nuestras almas; no te quejes, pues, sino agradécele. Dios te envía males porque has despreciado bienes. Reconoce en sus golpes al que no reconociste en sus regalos (San Cipriano).

II. En todas las acusaciones que se dirijan contra ti, mira si cometiste las faltas que se te reprochan. Si eres culpable, pide perdón a Dios; entristécete, no de haber sido acusado, sino de haber, con tus faltas, dado motivo a la acusación. Agradece a Dios de que se sirva de la mano de tu adversario para punzarte el absceso que tú hubieras ahogado.

III. Si eres inocente de la falta que se te imputa, si hasta eres perseguido por una acción buena, agradece a Dios, regocíjate de que te haga sufrir por la justicia. No te afanes en justificarte, tarde o temprano lo hará Dios. A menudo un padre hace castigar a sus hijos por intermedio de malos servidores, sin embargo, prepara una prisión para éstos y reserva la herencia para aquellos (San Agustín).

La paciencia
Orad por los perseguidos a causa de su justicia

ORACIÓN

Os suplicamos, Señor, escuchéis las oraciones que os dirigimos en la solemnidad de vuestro confesor pontífice san Atanasio, a fin de que los méritos y la intercesión de quien dignamente os ha servido nos obtengan el perdón de nuestros pecados. Por J. C. N. S. Amén.

Tomado: de Meditaciones del P. Grosez

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