SANTA ANASTASIA
Virgen y mártir
Es necesario que este cuerpo corruptible sea
revestido de incorruptibilidad, y que este cuerpo
mortal sea revestido de inmortalidad.
(1 Corintios 15, 53)
Santa Anastasia fue una ilustre matrona romana, discípula de los apóstoles san Pedro y san Pablo. Su principal afán era animar a los cristianos al martirio y redimir sus reliquias para darles un digno entierro. Pero he aquí que siendo la voluntad de Nerón acabar radicalmente con los cristianos, perseguía con especial encarnizamiento a los que cuidaban de conservar la memoria y el culto de los mártires.
MEDITACIÓN SOBRE LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS
I. Todos resucitaremos: es una verdad muy consoladora para las almas santas. Sí, este cuerpo ahora en el oprobio, en el dolor y en la pobreza, este cuerpo será un día glorioso, inmortal, sutil, impasible y semejante a los espíritus. ¡Con qué júbilo las almas de los santos volverán a los cuerpos que fueron sus compañeros de trabajo e instrumentos de su victoria! Ánimo, cuerpo mío; resucitaremos y tu gloria será proporcional a los sufrimientos que hayas soportado por Jesucristo. Yo veré a Dios, mi Salvador, en mi carne (Job).
II. Los malos resucitarán, pero ¡ay!, ¡qué horror sentirán al retomar sus cuerpos que han sido la causa de su condenación! ¿Nada menos que tú, dirán esos míseros, nada menos que tú, que eres podredumbre, has perdido a un alma inmortal? ¡Qué!, ¡por estos ojos, estas manos, este corazón, esta boca, esta lengua, este cuerpo, he perdido mi alma! Piénsalo a menudo: Un día, me encontraré con este mismo cuerpo en el valle de Josafat; ¿en qué estado será?
III. Los bienaventurados irán, en cuerpo y alma, al cielo después de la resurrección de los muertos, y los condenados descenderán al infierno con sus cuerpos semejantes a tizones ardientes. Está en tus manos hacer glorioso a tu cuerpo o hacerlo maldito para siempre. Amemos los júbilos que deben durar eternamente; temamos los tormentos eternos reservados para los que se condenan (San Gregorio).
La esperanza
Orad por los afligidos
ORACIÓN
Oh Dios, que, por los maravillosos efectos de vuestro poder, habéis concedido la victoria del martirio al sexo más frágil, haced, te rogamos, que, celebrando la nueva vida que ha recibido en el cielo la bienaventurada Anastasia, vuestra virgen y mártir, nos aprovechen sus ejemplos, para caminar por la vía que conduce hacia vos. Por J. C. N. S. Amén.
Tomado: de Meditaciones del P. Grosez